Qatar.- 06 de Diciembre de 2022 www.zonadeazar.com [1] Los hinchas argentinos son más numerosos, tienen más instrumentos de percusión, tienen un mayor repertorio de canciones y veneran incondicionalmente a Messi
En 2014, los argentinos invadieron Brasil para seguir a su selección y se quedaron hasta la final, cuando fueron derrotados por nuestra torturadora Alemania. A pesar de la rivalidad, la mezcla de amarillo y azul en las gradas de Maracaná convivieron en paz.
En 2018, argentinos y brasileños coincidieron ocasionalmente en un Fan Fest o en aeropuertos, ya que las distancias eran grandes y quien quisiera seguir a su selección tendría dificultades para ver un partido de la vecina Sudamericana. En Qatar, ambas hinchadas están presentes en la misma ciudad, frecuentan los mismos ambientes y es posible ver partidos en Brasil y Argentina con un día de diferencia.
- La canción que nació en Qatar y no dejamos de cantar todos los Argentinos ilusionados con la Copa!
En general, los hinchas de ambos países son personas de alto poder adquisitivo que pueden costear viajes, alojamiento y entradas.
Es posible no dejar un riñón si vuela usando millas, alojándose en departamentos alquilados o comprando boletos por alrededor de R$ 400 cada uno. Aun así, el perfil de los aficionados de ambos equipos es bastante diferente al de los aficionados brasileños o argentinos.
Los hinchas o hermanos brasileños “desorganizados” están dispersos por los estadios, con cierta concentración detrás de las porterías, donde la FIFA ha colocado a personas del mismo país para facilitarles la vida a los camarógrafos. De esa forma, cualquiera que quiera estar en medio del lío y ver los partidos de pie ya lo sabe: cerca de las porterías está el lugar para estar.
Los que ven el Mundial por televisión se habrán dado cuenta de que la afición argentina hace más ruido que la brasileña. Quienes estuvieron en el estadio podrían confirmar que esto es una realidad, y daría algunas razones:
– Los argentinos llegaron a Qatar en mayor número, y sus fanáticos son más fanáticos;
– no parecen tener divisiones internas: Messi es venerado por toda la afición, a diferencia de Neymar u otro brasileño, que aún no son unánimes;
– trajeron más instrumentos de percusión y tocaron de manera coordinada, colocados uno al lado del otro en el borde de la grada superior, marcando el ritmo de todo el estadio. Los batuques brasileños suceden en menor número y más cerca del campo, provocando menos eco en las gradas;
– Las canciones argentinas son adaptaciones fáciles de gritos de estadio o creadas para durar más cantando. Los grandes éxitos brasileños (“Mil Gols” y “58 foi Pelé”) son conocidos por muchas personas, pero se acaban rápidamente. En definitiva, carece de repertorio;
– por mucho que se nos reconozca como grandes percusionistas (los desfiles de las escuelas de samba son famosos en todo el mundo), nuestro toque de tambores en los estadios no tiene el mismo impacto, volumen u organización.
¿Significa eso que solo podemos aplaudir a la afición argentina? Claro que no. Pero debemos reconocer que están a un nivel superior a los brasileños dentro de los estadios.
Algunos grupos empezaron a organizarse y, con el refuerzo de instrumentos, hinchas acostumbrados a tirar de la masa de los grandes equipos, unidad y creatividad, podemos convertirnos en protagonistas en el 2026.
Para 2022, hay esperanza de que los fanáticos ayuden, pero no ganen la Copa del Mundo. Los seguidores de Francia en 2018 y Alemania en 2014 estaban lejos de ser los más emocionados, pero se fueron con las mayores sonrisas al final.
Edito: @_fonta [2] www.zonadeazar.com [3]